viernes, 17 de mayo de 2019

EL ESTRÉS REDUCE LA FERTILIDAD, SEGÚN LOS ESTUDIOS


Problemas anatómicos, hormonales, infecciosos... Las causas de infertilidad humana pueden ser múltiples. Las estadísticas parecen señalar que están muy repartidas: un 40% serían femeninas, un 40% masculinas y un 20% compartidas o de origen desconocido.

Alteraciones hormonales, obstrucciones de las trompas, problemas anatómicos en general, infecciones o enfermedades sistémicas suelen estar detrás de las causas atribuibles a las mujeres, mientras que una baja cantidad, calidad o movilidad de espermatozoides es, a menudo, la principal causa achacable a los hombres.

EL ESTRÉS, NUEVA CAUSA DE INFERTILIDAD FEMENINA...
En el 2015, una investigación realizada por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Reproducción de EE.UU. añadió una nueva posible causa de infertilidad femenina. El estudio demostró una asociación entre la fertilidad y el estrés, señalando que este último, tanto si es físico como psicológico, puede reducir hasta en un 50% sus posibilidades de embarazo.
La investigación, publicada en la revista científica Human Reproduction, incluyó el seguimiento durante 12 meses de 501 parejas que buscaban concebir, y analizó la presencia de cortisol y de alfa amilasa en la saliva de las mujeres, sustancias que se incrementan ante situaciones de estrés. El estudio concluyó que aquellas mujeres que tenían niveles más elevados de alfa amilasa eran un 29% menos fértiles, lo que reducía en un 50% sus posibilidades de concebir.

…Y MASCULINA
Pero el estrés no es solo un obstáculo para el embarazo desde un punto de vista femenino. Así lo afirma un estudio llevado a cabo en el año 2014 por investigadores de la Universidad de Columbia y la Escuela de Salud Pública de Rutgers, en EE.UU., que concluyó que el estrés es perjudicial para los espermatozoides y la calidad del semen, afectando a su concentración, apariencia y capacidad de fecundar un óvulo, todo lo cual puede estar asociado a los problemas de fertilidad.

Los resultados se obtuvieron tras el seguimiento a 193 varones, de edades comprendidas entre los 38 y 49 años, que aportaron muestras de su semen y, paralelamente, realizaron pruebas para valorar su vida laboral y el estrés en una escala subjetiva y objetiva.

Aunque los investigadores afirman no entender complemente cómo el estrés puede afectar a la calidad del semen, apuntan la posibilidad de que la liberación de ciertas hormonas alteren los niveles de testosterona y la producción de esperma.


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