sábado, 4 de abril de 2020

EL AISLAMIENTO SOCIAL NOS ESTÁ (TAMBIÉN) MATANDO



«Varias investigaciones nuevas sugieren que estar socialmente aislados es malo para nosotros. Las personas con menos conexiones sociales presentan patrones de sueño discontinuos, alteraciones del sistema inmunitario, más inflamación y niveles más altos de las hormonas relacionadas con el estrés. Un estudio reciente reveló que el aislamiento aumenta el riesgo de cardiopatías en un 29 por ciento y de infarto en un 32 por ciento».

El párrafo que acabas de leer no es reciente; no tiene nada que ver con el confinamiento al que todos estamos sometidos desde hace semanas como consecuencia de la pandemia del coronavirus COVID-19. Se trata de la transcripción de una parte del artículo de Dhruv Khullar titulado «El aislamiento social nos está matando» publicado por el diario The New York Times el 28 de diciembre de 2016. La investigación citada fue realizada por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de York, en Heslington (Reino Unido), dirigida por Nicole K. Valtorta y publicada en la revista Heart.
 
Ese mismo artículo revela que «en otro análisis, que agrupó datos de 70 estudios y 3,4 millones de personas, se halló que las personas socialmente aisladas tenían un riesgo mayor —un 30 por ciento más— de morir en los siguientes siete años, y que este efecto aumentaba en aquellos de mediana edad.


EL ESTRÉS POR AISLAMIENTO.
RECOMENDACIONES
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ahora sí, recientemente, ha reconocido en su informe «Salud mental y consideraciones psicosociales durante el Brote de COVID-19», de fecha 18 de marzo de 2020, que el actual momento de crisis está generando estrés en toda la población, y que la presión a que los ciudadanos se ven sometidos cabe considerarse como normal a la vista de las circunstancias que atravesamos.

Algunas de las recomendaciones que ha difundido la OMS y que seguro nos resultarán útiles para contrarrestar el estrés y otras consecuencias negativas del confinamiento son las siguientes:
  • Minimiza la sobreinformación que sientas que te angustia o te genera ansiedad. Busca tu información solo en fuentes fiables. Actualiza tu información de forma regular, pero no constante. Distingue los hechos de los rumores o la desinformación.
  • Apóyate y apoya a los demás. Ayudar a otros cuando lo necesitan beneficia tanto a quien recibe el apoyo como a quien lo ofrece. Trabajar juntos fomenta la solidaridad.
  • Congratúlate de las historias positivas y esperanzadoras de personas cercanas que han sufrido y superado el COVID-19.
  • Valora y reconoce el trabajo de quienes están luchando en primera línea contra el virus, como el personal sanitario y de las fuerzas de seguridad.

ALGUNAS RECOMENDACIONES MÁS
Me permitiré añadir, como estudioso del estrés, algunos consejos más que pueden ser útiles durante el confinamiento:
  • Intenta mantener una rutina diaria: hora de levantarte, de comidas y de ir a la cama.
  • Sigue una dieta equilibrada. Que no falten alimentos que pueden ayudarte a conseguir un estado anímico positivo: fruta, lácteos, frutos secos, pescados grasos con omega-3, pescado azul, chocolate negro (con moderación).
  • Haz ejercicio de forma regular. En casa también es posible, y lo sabes.
  • Ocúpate en actividades que, sin perder el realismo de la situación, te permitan desconectar momentáneamente. Puedes leer, ver películas y serie de TV, escuchar música, hacer visitas virtuales a través de la red… No olvides fomentar el buen humor.
  • Practica alguna técnica de relajación, como la respiración abdominal; si la acompañas de técnicas de relajación física o mental, mejor.

LO VAMOS A CONSEGUIR
La soledad puede acelerar el declive cognitivo, especialmente en los adultos mayores, y las personas aisladas tienen el doble de probabilidades de morir prematuramente que aquellos con interacciones sociales más sólidas. Ahora nos toca, por obligación con toda la sociedad, mantener el aislamiento social. Por responsabilidad. Hagámoslo lo más llevadero posible. Volverán los mejores tiempos. Mientras tanto, debemos intentar hacer imposible el título de este post: «El aislamiento social nos está (también) matando».

Ánimo a todos.


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