Que el desamor «rompe el corazón» puede haber dejado de ser
tan solo una expresión literaria empleada por escritores de todos los tiempos,
y haber pasado a convertirse en una realidad médica. Eso al menos es lo que
revela una investigación realizada por un equipo de científicos de la
Universidad de Aberdeen, en Escocia.
El estudio, publicado en la revista especializada Journal
Of American Society of Echocardiography, señala que el estrés emocional severo de este tipo
de situaciones hace que ciertas partes del corazón se llenen de pequeñas
fisuras, de forma que el músculo pierde elasticidad y no se contrae
correctamente.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron durante cuatro meses a 52
pacientes con edades comprendidas entre los 28 y 87 años que sufrieron
«miocardiopatía de Takotsubo» o «Síndrome del corazón roto», una
enfermedad para la que hasta el momento no se recetaba ningún tratamiento
y se dejaba curar con tiempo y reposo, dado que en la mayoría de los casos
las heridas cicatrizan al cabo de días o semanas.
EL TIEMPO TAMPOCO LO CURA TODO, SOBRE TODO EN LAS MUJERES
Sin
embargo, este nuevo estudio desvela, en contra de lo que hasta ahora se
pensaba, que estos daños en algunas personas son de larga duración o
incluso irreversibles.
Los
síntomas y las consecuencias de estas fisuras son similares a los de un ataque
al corazón. Entre un 3% y un 17% de quienes lo sufren mueren alrededor
de cinco años después de ser diagnosticados. En un 90% de los casos, las
víctimas son mujeres que se han sufrido situaciones de estrés
físico o emocional.
Dana
Dawson, directora de la investigación, explicó que «estamos
acostumbrados a pensar que las personas que padecen este síndrome se recuperan
completamente sin intervención médica y aquí hemos demostrado que esta
enfermedad es más duradera de lo que se pensaba y puede llegar a tener efectos perjudiciales para los que la padecen».
EL
MEJOR TRATAMIENTO: EVITAR EL ESTRÉS
Los
científicos afirman que la clave para un diagnóstico correcto suele tener como
antecedente un fuerte y repentino estrés con la ausencia, por norma general, de
factores clásicos de riesgo cardiovascular, como tabaquismo, hipertensión,
hiperlipemia y diabetes.
A pesar de todo, el
curso de la enfermedad suele ser benigno, con una recuperación rápida y
completa en la mayor parte de los pacientes.
En cualquier caso, la mejor recomendación para todos ellos es intentar evitar las situaciones de gran estrés en el futuro.
¿Te ha GUSTADO este post? Si tu respuesta es afirmativa, te agradecería que lo COMPARTIERAS, porque el conocimiento que no se comparte pierde su valor. Justamente debajo tienes los botones de las redes sociales. ¡GRACIAS!