domingo, 29 de noviembre de 2020

LAS RAZAS DE PERRO MÁS DES-ESTRESANTES, SEGÚN UN ESTUDIO

Sabido es que entre las consecuencias negativas que está acarreando la pandemia de covid-19 se encuentra el incremento de los niveles de estrés, un poderoso enemigo cuando no somos capaces de gestionarlo de un modo adecuado.

Las técnicas para prevenir y aliviar nuestro estrés negativo son variadas. Diferentes estudios han concluido que la convivencia con las mascotas reporta beneficios, precisamente, en relación al estrés en el ser humano. Nos hacen compañía, nos sacan una sonrisa, nos obligan a pasear, fomentan nuestras relaciones con los propietarios de otros animales...

Muchas personas afirman, incluso, sentirse más relajados cuando ven un simple vídeo de perritos. Por ello, una conocida plataforma de ventas online se lanzó a investigar si existían razas de canes que consiguieran transmitir más tranquilidad que otras a las personas.

ABRAZAR Y ACARICIAR

El experimento no fue especialmente complicado: sus dueños debían abrazar y acariciar a sus mascotas caninas cuando se sintieran estresados o cuando su frecuencia cardíaca alcanzara las 105 pulsaciones por minuto. Al mismo tiempo deberían monitorear su frecuencia cardíaca con un reloj inteligente y comunicar los resultados luego de cinco minutos de arrumacos.

Tras tres meses en los que 500 voluntariosos propietarios de canes se sometieron al estudio, el portal de ventas ha hecho pública la clasificación de los perros con más capacidad para conseguir calmar a sus dueños.


EL TOP 10

RELAJANTES MEDIOS: dálmata, shiba inu, border collie, rottweiler, labradoodle, san bernardo, bulldog francés, cocker spaniel, resultaron ser razas que, aunque menos relajantes que otras, lograron reducir los latidos de sus propietarios desde los 105 a los 63 en cinco minutos de carantoñas.

5º CLASIFICADO: empate técnico con una reducción hasta los 57 latidos entre el beagle y el corgis.

4º CLASIFICADO: el pastor alemán se quedó a las puertas del podio al conseguir relajar a sus amos hasta las 55 pulsaciones por minuto.

EL PODIO

3ER CLASIFICADO: la medalla de bronce por sus cualidades tranquilizantes fue para el golden retriever, cuyos dueños informaron que habían calmado su músculo motor hasta los 54 latidos en un minutos tras cinco de arrumacos.

2º CLASIFICADO: el subcampeón de la lucha contra el estrés fue el husky, que acabó la sesión de carantoñas llevando a sus propietarios hasta las 52 palpitaciones en 60 segundos.

CAMPEÓN: y el primer clasificado y medalla de oro, en lo más alto del podio de los canes contra el estrés es el... labrador retriever, que rebajó los latidos de sus afortunados compañeros desde un mínimo de 105 pulsaciones hasta las 51 de promedio tras los cinco minutos de abrazos y caricias de rigor. 

Y si quieres saber más de cómo te ayuda a aliviar el estrés tu mascota canina, mira este interesante VÍDEO.

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lunes, 7 de septiembre de 2020

EL EJERCICIO AUMENTA UNA PROTEÍNA EN EL CEREBRO QUE ALIVIA EL ESTRÉS

Galanina. Es el nombre la proteína que incrementa sus niveles en el tronco encefálico del cerebro al hacer ejercicio y, como resultado, ayuda a reducir el estrés.

Es la principal conclusión a la que ha llegado una investigación que acaba de ser publicada en la revista de la Sociedad de Neurociencia americana JNeurosci Journal of Neuroscience.

Todos sabemos los beneficios que nos reporta el ejercicio regular, tanto a nivel físico como emocional, pero este estudio va más lejos, al haber constado cómo consigue elevar los niveles del neuromodulador galanina, una proteína que influye en el estrés y el estado de ánimo, y que estaría implicada en los trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés.

 

Menos comportamientos ansiosos en ratones

La investigación, que se ha desarrollado en ratones a los que se midieron los comportamientos ansiosos 24 horas después de un evento estresante, concluye que aquellos animales que tuvieron acceso a una rueda de ejercicio durante tres semanas mostraron menos comportamientos ansiosos en comparación con los ratones que no hicieron ejercicio.

Según los investigadores, no hacer nada de ejercicio y después correr repentinamente 10 millas justo antes de un evento estresante no es tan útil como trotar 3 millas, varios días a la semana y durante varios meses. Esto podría sugerir que el aumento de ejercicio no afecta a nuestras respuestas inmediatas de estrés, pero sí que nos permite lidiar con el estrés de una manera más saludable.

Mejor el ejercicio regular que el inmediato antes del estrés

Aunque, los investigadores consideran que se necesitan más datos en humanos para conocer con certeza qué tipo o cuánto ejercicio confiere este efecto de resistencia al estrés, apuntan a que, de forma general, el ejercicio aeróbico (caminar, correr, ejercicio en bicicleta, nadar) es probable que tenga un mayor efecto sobre la resistencia al estrés que el ejercicio no aeróbico (el levantamiento de pesas, por ejemplo).

La conclusión parece evidente: contra el estrés, mejor el ejercicio regular, como rutina.


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viernes, 28 de agosto de 2020

Verano, la estación más estresante, según un estudio

 

Todo el año esperando a que llegue para desconectar, relajarnos y disfrutar de un merecido descanso, y resulta que en verano… ¿se incrementa nuestro estrés? 

Pues, por sorprendente que nos parezca, esa fue la principal conclusión de una investigación llevada a cabo en el año 2018: el verano es la estación más estresante y angustiosa del año.

El estudio, desarrollado por un equipo de investigadores de la universidad polaca de Poznan, descubrió que en temporada estival los niveles de cortisol, la hormona del estrés, aumentan en nuestro organismo.

Tras tomar muestras de saliva a un grupo de estudiantes universitarios de la carrera de medicina cada dos horas, se descubrió que el cortisol está presente en mayor medida durante el verano, en contraposición a lo que sucede en los meses de invierno, una época más relajada y tranquila.

El estudio también requirió que los participantes cumplimentaran un cuestionario sobre su estilo de vida, hábitos y actividad física.


ESTEREOTIPO EN ENTREDICHO

Presentada en la reunión anual de la Sociedad de Fisiología Americana que tuvo lugar en la ciudad de San Diego, esta investigación plantea hallazgos que contradicen la idea tradicional de que en invierno nuestra mayor carga laboral incrementa el estrés, una situación que se revierte al dejar el entorno laboral en verano. 

Desconectar de forma efectiva de los problemas del trabajo, planificar con tranquilidad las vacaciones, evitar situaciones que incrementen la sensación de calor, hacer ejercicio, cuidar la alimentación y el sueño, y gestionar debidamente el aumento del tiempo de convivencia con nuestra pareja y los niños son consejos que pueden ayudarnos a reducir nuestro nivel estrés en verano.

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domingo, 28 de junio de 2020

ESTRÉS TRAS EL CONFINAMIENTO

«La ansiedad, la ira, la frustración, el miedo o el insomnio se pueden prolongar entre cuatro y seis meses después de una cuarentena. Y síntomas de estrés postraumático o un abuso de alcohol o drogas relacionados con el episodio son detectados hasta tres años más tarde». Son palabras de Samantha Brooks, la psicóloga que ha liderado el equipo de investigadores del King’s College de Londres, autor de un interesante estudio que recoge las consecuencias psicológicas de las cuarentenas.

La investigación, que ha sido publicada en la revista The Lancet, está basada en experiencias de cuarentena anteriores, desde el síndrome respiratorio agudo (SARS) de 2003 hasta el ébola de 2016, e incluye otras, como la gripe A o la influenza equina.

EFECTOS PSICOLÓGICOS NEGATIVOS
La cuarentena impacta negativamente en el equilibrio de las personas, debido a la sensación de irrealidad de la nueva situación. La privación de libertad, el abandono de las rutinas diarias, la impresión de que el tiempo se paraliza, la incertidumbre respecto al futuro, el coste en vidas humanas, las pérdidas económicas… Son muchos los elementos que convierten la situación de una pandemia y el confinamiento en un perfecto caldo de cultivo para generar efectos psicológicos negativos en el ser humano.

El hallazgo de que estos efectos aún pueden detectarse meses o años más adelante es particularmente preocupante e indica que se deben implementar medidas durante el proceso de planificación de cuarentena para minimizar estos impactos psicológicos.

ESTRESORES DURANTE LA PANDEMIA. Y TRAS ELLA
Los estudios apuntan a que son fuentes de estrés durante la pandemia la duración de la cuarentena (quienes estuvieron más de 10 días en confinamiento presentaron un estrés postraumático significativamente más alto que los que estuvieron menos de 10 días), el miedo a la infección (contagio propio o riesgo de infectar a familiares), la frustración y aburrimiento derivados del encierro y la pérdida de rutina y contacto social y físico habitual, unos suministros básicos inadecuados, y la disposición de una información deficiente.

Pero los factores de estrés no tienen lugar tan solo durante la cuarentena, sino que también se producen una vez concluida. Y a este respecto, las investigaciones apuntan a que los aspectos más relevantes en la generación del estrés son las finanzas (muchas personas no pueden trabajar durante la pandemia e, incluso, tras ella, con las consiguientes pérdidas económicas) y el estigma que en ocasiones supone resultar infectado y que lleva a otros a evitar a quienes estuvieron contagiados, retirándoles invitaciones sociales, tratándolos con miedo y sospecha, o haciendo comentarios críticos.

Simon Wessely, psiquiatra y estudioso de este tipo de cuarentenas, señala que  nunca se puede preparar una población entera de antemano para el estrés derivado del confinamiento por una cuarentena, pero se pueden tomar medidas en la dirección correcta.

CONCLUSIONES
Uno de los objetivos del estudio del King’s College de Londres es ofrecer pautas que ayuden a la población a reincorporarse a su rutina diaria sin secuelas tras el confinamiento.

En general, la investigación sugiere que el impacto psicológico de la cuarentena es amplio y sustancial y, además, que puede ser duradero. No obstante, ello no quiere decir que no se deba utilizar la cuarentena en situaciones como una pandemia (los efectos psicológicos de no utilizarla y permitir que la enfermedad se propague podrían ser peores), sino tan solo que la situación debe manejarse con cuidado.

Algunas recomendaciones derivadas del estudio para tal manejo pasan por decir a las personas lo que está sucediendo, por qué y cuánto tiempo continuará. Facilitar a la población actividades alternativas para realizar durante la cuarentena, proporcionar una comunicación clara, asegurar la disponibilidad de suministros básicos (alimentos, agua, y suministros médicos) y reforzar la sensación de altruismo que las personas deberían, con razón, sentir.

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sábado, 4 de abril de 2020

EL AISLAMIENTO SOCIAL NOS ESTÁ (TAMBIÉN) MATANDO



«Varias investigaciones nuevas sugieren que estar socialmente aislados es malo para nosotros. Las personas con menos conexiones sociales presentan patrones de sueño discontinuos, alteraciones del sistema inmunitario, más inflamación y niveles más altos de las hormonas relacionadas con el estrés. Un estudio reciente reveló que el aislamiento aumenta el riesgo de cardiopatías en un 29 por ciento y de infarto en un 32 por ciento».

El párrafo que acabas de leer no es reciente; no tiene nada que ver con el confinamiento al que todos estamos sometidos desde hace semanas como consecuencia de la pandemia del coronavirus COVID-19. Se trata de la transcripción de una parte del artículo de Dhruv Khullar titulado «El aislamiento social nos está matando» publicado por el diario The New York Times el 28 de diciembre de 2016. La investigación citada fue realizada por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de York, en Heslington (Reino Unido), dirigida por Nicole K. Valtorta y publicada en la revista Heart.
 
Ese mismo artículo revela que «en otro análisis, que agrupó datos de 70 estudios y 3,4 millones de personas, se halló que las personas socialmente aisladas tenían un riesgo mayor —un 30 por ciento más— de morir en los siguientes siete años, y que este efecto aumentaba en aquellos de mediana edad.


EL ESTRÉS POR AISLAMIENTO.
RECOMENDACIONES
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ahora sí, recientemente, ha reconocido en su informe «Salud mental y consideraciones psicosociales durante el Brote de COVID-19», de fecha 18 de marzo de 2020, que el actual momento de crisis está generando estrés en toda la población, y que la presión a que los ciudadanos se ven sometidos cabe considerarse como normal a la vista de las circunstancias que atravesamos.

Algunas de las recomendaciones que ha difundido la OMS y que seguro nos resultarán útiles para contrarrestar el estrés y otras consecuencias negativas del confinamiento son las siguientes:
  • Minimiza la sobreinformación que sientas que te angustia o te genera ansiedad. Busca tu información solo en fuentes fiables. Actualiza tu información de forma regular, pero no constante. Distingue los hechos de los rumores o la desinformación.
  • Apóyate y apoya a los demás. Ayudar a otros cuando lo necesitan beneficia tanto a quien recibe el apoyo como a quien lo ofrece. Trabajar juntos fomenta la solidaridad.
  • Congratúlate de las historias positivas y esperanzadoras de personas cercanas que han sufrido y superado el COVID-19.
  • Valora y reconoce el trabajo de quienes están luchando en primera línea contra el virus, como el personal sanitario y de las fuerzas de seguridad.

ALGUNAS RECOMENDACIONES MÁS
Me permitiré añadir, como estudioso del estrés, algunos consejos más que pueden ser útiles durante el confinamiento:
  • Intenta mantener una rutina diaria: hora de levantarte, de comidas y de ir a la cama.
  • Sigue una dieta equilibrada. Que no falten alimentos que pueden ayudarte a conseguir un estado anímico positivo: fruta, lácteos, frutos secos, pescados grasos con omega-3, pescado azul, chocolate negro (con moderación).
  • Haz ejercicio de forma regular. En casa también es posible, y lo sabes.
  • Ocúpate en actividades que, sin perder el realismo de la situación, te permitan desconectar momentáneamente. Puedes leer, ver películas y serie de TV, escuchar música, hacer visitas virtuales a través de la red… No olvides fomentar el buen humor.
  • Practica alguna técnica de relajación, como la respiración abdominal; si la acompañas de técnicas de relajación física o mental, mejor.

LO VAMOS A CONSEGUIR
La soledad puede acelerar el declive cognitivo, especialmente en los adultos mayores, y las personas aisladas tienen el doble de probabilidades de morir prematuramente que aquellos con interacciones sociales más sólidas. Ahora nos toca, por obligación con toda la sociedad, mantener el aislamiento social. Por responsabilidad. Hagámoslo lo más llevadero posible. Volverán los mejores tiempos. Mientras tanto, debemos intentar hacer imposible el título de este post: «El aislamiento social nos está (también) matando».

Ánimo a todos.


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jueves, 13 de febrero de 2020

EL ESTRÉS PROVOCA CANAS, SEGÚN LA CIENCIA


Era un enigma aún sin resolver que parece, al fin, haber sido esclarecido. El estrés sobreactiva una serie de nervios del sistema nervioso autónomo que, a su vez, provocan un daño permanente a las células madre que se encargan de regenerar el pigmento del pelo. O lo que es lo mismo: el estrés conduce al  encanecimiento acelerado y prematuro del cabello. Es la conclusión a la que han llegado científicos de la Universidad de Harvard, al mando de la bióloga regenerativa Ya-Chieh Hsu.

La investigación se ha publicado en la revista «Nature» y podría tener implicaciones en la comprensión de los efectos del estrés en otras partes del cuerpo y, en general, del envejecimiento, además de abrir la puerta a tratamientos para frenar este proceso.

CÉLULAS MADRE AGOTADAS
El sistema nervioso simpático, responsable de poner en marcha las respuestas de estrés (de ‘lucha o huida’), que garantizan la supervivencia, ha sido el centro del estudio, desarrollado en ratones. Estas respuestas de estrés son a menudo beneficiosas, pero los investigadores han observado que también pueden agotar de forma permanente una población completa de células madre de melanocitos, las células que colorean el cabello.
Antes de llegar a esta conclusión, los investigadores descartaron otras hipótesis, como que las canas fueran causadas por ataques inmunológicos u hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol.

Los resultados finales apuntan a que cuando el estrés es elevado, la noradrenalina secretada provoca que algunos folículos pierdan todas sus células madre melanocíticas de forma prematura, y el pigmento ya no vuelve a regenerarse.

ESTRÉS FÍSICO, PSICOLÓGICO Y DOLOR
Este mecanismo fue verificado por los autores de la investigación en ratones, a los que se expuso a estrés físico y psicológico y a dolor.
Esos tres factores provocaron el agotamiento de la reserva de células madre. No obstante, los investigadores señalaron que se requieren muchas rondas de exposición a estrés para que, al final, se agoten todas las células madre.

LAS CANAS, SÍMBOLO DE SABIDURÍA
Durante siglos hemos identificado el pelo canoso con personas de gran experiencia, incluso con las más sabias. Ahora, tras este estudio, quizás sea la hora, como señala el biólogo Christopher Deppmann, investigador de la Universidad de Virginia, de plantearnos si esa asociación entre pelo gris y sabiduría pudiera estar relacionada con la superación exitosa de muchas situaciones de estrés a lo largo de la vida.


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