Sí, se trata de 11 agentes de las
diferentes policías de España almorzando en la cima de un rascacielos (emulando
la mítica imagen del Rockefeller Center
neoyorquino de 1932), y es la imagen de portada del libro «Regresar vivo a casa. La prevención de riesgos laborales en los
cuerpos de policía», una monografía de carácter técnico recientemente
publicada, fruto de la investigación desarrollada por su autor, el capitán de la Guardia Civil Tomás García Castro, durante tres años,
en la que se aborda el pasado, presente y futuro de la seguridad, salud y
bienestar en el trabajo en las fuerzas y cuerpos de seguridad.
La obra, publicada por la editorial
Proyecto Educa con el ISBN 978-84-122422-5-6 y que consta de un total de 827,
dedica un capítulo completo a la psicosociología aplicada al trabajo,
incluyendo numerosas referencias al que es el principal riesgo psicosocial en
el ámbito laboral: el estrés.
POLICÍA: UN TRABAJO ESTRESANTE
La Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, editada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que «resulta evidente que el trabajo de los policías es estresante», un riesgo que, según el autor del estudio, para ser debidamente afrontado tiene que ser objeto de una evaluación de riesgos psicosociales que permita identificar los factores de riesgo o peligros (tareas con altas exigencias emocionales, exposición a agresiones, trabajo a turnos, ritmo elevado de trabajo, baja capacidad de control sobre la tareas, apoyo insuficiente…) que dan lugar al riego de estrés para los funcionarios de policía.
POSIBLES MEDIDAS FRENTE AL ESTRÉS
Una vez conocidos los peligros concretos existentes en cada puesto de trabajo o actividad policial se deben planificar y poner en marcha las correspondientes medidas preventivas que, en el caso de los riesgos psicosociales, se clasifican en tres grandes grupos:
Primarias u organizativas: medidas proactivas dirigidas a eliminar o minimizar el origen del problema (las causas raíz de la exposición a los factores de riesgo o peligros, es decir, la fuente del estrés o estresor). Su aplicación es preferente.
Secundarias o de afrontamiento: dirigidas a que el agente mejore sus
recursos para hacer frente a los factores de riesgo psicosocial a los que está
expuesto (preparación psicológica, formación, entrenamiento profesional,
procedimientos, instrucciones operativas, protocolos…).
Terciarias o de rehabilitación: orientadas a la gestión y reducción de efectos en los funcionarios policiales ya expuestos a los riesgos, así como a la recuperación de aquellos otros que hayan sufrido daños en su salud y a garantizar la compatibilidad con las funciones de su puesto. Algunas de dichas medidas, que también pueden considerarse dentro del grupo de las medidas preventivas secundarias si están referidas a nociones básicas, son de cuatro tipos: generales, cognitivas, fisiológicas y conductuales.
El libro, que ha sido declarado de interés para la prevención de riesgos laborales en los cuerpos de policía por la Cátedra de prevención de riesgos laborales y salud pública de la Universidad de Córdoba y por el Consejo General de Profesionales de Seguridad y Salud en el Trabajo, se encuentra a la VENTA en el siguiente enlace de AMAZON.
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