Son fechas de regreso al trabajo –salvo para los que no lo tienen o
prefieren la segunda quincena de septiembre para su descanso estival– y,
como cada año, es tiempo también en el que solemos acordarnos de eso del estrés
posvacacional (mejor sin la "t", según la Fundéu).
El Dr. Bartolomé Beltrán, gran doctor y, sobre todo, comunicador y divulgador de la ciencia médica, nos recuerda desde
su columna semanal en la revista A TU SALUD la
relevancia del estrés en el trabajo, no tan solo tras nuestro retorno
veraniego, sino durante todo el año. Y lo hace, para mi satisfacción,
citando Más Allá del Estrés, uno de los libros de los que
soy autor, y que el doctor califica como una obra original sobre el estrés en el ámbito
laboral.
Mi gratitud, querido Dr. Beltrán, por tan generosa
reseña; es un verdadero placer viniendo, a mi humilde entender, de una autoridad en todo lo relativo a la salud en general, y a la salud
laboral en particular, tal y como demuestra el hecho de que actualmente ostente
el cargo de Jefe de los Servicios Médicos y de Prevención en ATRESMEDIA, uno de
los mayores grupos empresariales de España.
Destaca el Doctor, en su atinado artículo, la
relevancia del estrés laboral no ya solo para quienes ocupan altos cargos en
las empresas, sino para la totalidad de los trabajadores. Hace alusión para
ello a dos de los estudios que se incluyen en Más allá del estrés,
y que firma la Agencia Europea para la Seguridad y la
Salud en el Trabajo en los años 2012 y 2009, respectivamente. A saber:
1. Ocho de cada diez
trabajadores (de entre 35.000 ciudadanos de 36 países europeos) consideraba que
durante los cinco años siguientes la cifra de personas que sufrirían
estrés laboral se incrementaría, y un 52% opinó que el incremento
sería notable.
2. El 79% de los
empresarios consideraba que el estrés constituía un problema en sus
organizaciones, lo que colocaba este trastorno en un nivel de
importancia para las empresas parecido al de los accidentes laborales.
Es un balance ciertamente preocupante, ¿verdad? En especial si tenemos en
cuenta que el estrés no es más que un mecanismo natural orientado a la
adaptación del cuerpo humano a situaciones puntuales de la vida diaria que
precisan de una especial activación. Era el elemento del que nuestros ancestros
se valían para luchar o huir de los depredadores a los que debían hacer frente.
Hoy, a falta de otros, el depredador más
amenazante para el ser humano, a la vista de los estudios reseñados –y de
otros muchos– es su entorno laboral, un mundo que si no sabemos manejar, puede
atacarnos y devorarnos, particularmente si la duración o la frecuencia de
nuestro estrés no da tregua al organismo para su debido descanso. Ese
depredador de nuestro mundo contemporáneo es el estrés crónico.
Las consecuencias son evidentes: trabajadores más agotados, más
insatisfechos, más desmotivados, más enfermos… Organizaciones menos productivas, menos
competitivas, menos rentables, menos saludables…
Son notas sobre el estrés que,
como vemos, van mucho más allá del estrés posvacacional; notas que el Dr.
Bartolomé Beltrán, un grande de la comunicación y la divulgación médica, nos
deja, de manera breve pero precisa, para nuestra consideración. El estrés,
desde luego, da para mucho, mucho más, pero a veces lo bueno, si breve, dos
veces bueno. En adelante, seguro que habrá mucho más tiempo, y ocasiones, para
hablar largo y tendido sobre el estrés en el trabajo.
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