Sentir que el ocio es un desperdicio e
improductivo puede conducir a menos felicidad y a niveles más altos de estrés y
depresión. Es la principal conclusión de una investigación publicada en la
edición en línea del 21 de agosto de 2021 de la revista Journal of Experimental
Social Psychology.
Según el estudio, las personas que se hallaban más de acuerdo con la creencia de que la productividad es el objetivo final y que es una pérdida de tiempo si solo te estás divirtiendo, no solo disfrutaban menos del ocio, sino que también reportaron resultados peores de salud mental.
«Hay muchas investigaciones que sugieren que el ocio tiene beneficios para la salud mental y que puede hacernos más productivos y menos estresados», señala Selin Malkoc, coautor del estudio y profesor asociado de marketing en el Fisher College of Business de la Universidad Estatal de Ohio. «Pero encontramos que si las personas comienzan a creer que el ocio es un desperdicio, pueden terminar más deprimidas y más estresadas», concluye.
Rebecca Reczek, profesora de marketing
en Ohio State y coautora de la investigación, afirma que «si el ocio puede
enmarcarse como un objetivo productivo, eso ayuda a las personas que piensan
que el ocio es un desperdicio a obtener algunos de los mismos beneficios».
RESULTADOS
CONTUNDENTES
Eso era cierto si la actividad de ocio
era activa (hacer ejercicio) o pasiva (ver televisión), social (salir con
amigos) o solitaria (meditar). Además, cuanto más pensaban que el ocio era un
desperdicio, más bajos eran sus niveles de felicidad y más altos eran sus
niveles de depresión, ansiedad y estrés.
EL LADO POSITIVO DEL ESTUDIO
Los investigadores se sorprendieron por
cómo las opiniones negativas sobre el ocio afectaban el disfrute de cualquier
cosa divertida, sin importar la situación o lo corta que fuera la actividad de
ocio.
El lado positivo del estudio sugiere que
algunas personas escépticas podrían disfrutar de actividades divertidas si el
ocio fuera parte de un objetivo más amplio y no un fin en sí mismo. Dicho de
otro modo, la clave estaría en conectar cada actividad de ocio con algo que se quiera lograr, dijo.
«Encuentre formas de hacer que las
actividades divertidas formen parte de una meta mayor en su vida», sentencia
Malkoc. «Piense en lo productivo, instrumental y útil».
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