Diferentes investigaciones han probado
que la soledad debilita el sistema inmunitario y provoca enfermedades
cardíacas, hipertensión, ansiedad, depresión… En sentido opuesto, los estudios
demuestran que una adecuada vida social, en contacto con los demás, es una
receta que estimula la buena salud en el ser humano. Y si a esa receta le
añadimos, además, la amabilidad, los beneficios se verán multiplicados. Así lo
señala el bioquímico escocés David
Hamilton, estudioso de la que llama la hormona
de la amabilidad: la serotonina.
Según las investigaciones desarrolladas
por Hamilton, autor del libro ‘Los cinco beneficios de ser amable’, la
amabilidad nos hace estar más sanos, porque retardamos los siete grandes procesos del envejecimiento,
prevenimos la depresión y nos cardioprotegemos.
ANTÍDOTO CONTRA EL ESTRÉS
Hamilton afirma también que mientras que
el estrés es generador de adrenalina y cortisol (hormonas que en
exceso son muy perjudiciales), el ejercicio de ser amables nos hace sentir bien
y produce serotonina, lo cual la convierte en un potente antídoto contra
el estrés.
La serotonina actúa en la amígdala cerebral,
reduciendo de este modo el estrés y la depresión, además de ejercitar al
cerebro para que sea más resiliente.
Por el contrario, otro estudio, en el
que pidieron a unos voluntarios que practicaran meditación durante varios días pensando
en cosas amables, tuvo un resultado opuesto: una reducción de la inflamación
dentro del cuerpo, el 57% en las células de los vasos sanguíneos y el 48% en
las células inmunitarias.
MEJOR ACCIONES DIARIAS
Pequeñas acciones diarias de amabilidad que
se retroalimenten son más
importantes que una gran acción. Lo relevante es que seamos constantes,
considera Hamilton, que plantea un reto de siete días de amabilidad con tan
solo tres normas: tiene que ser una acción distinta cada día, un día tiene que
ser algo que nos plantee un reto mayor, y uno de los actos de amabilidad tiene
que ser anónimo.
Aclara que todo lo que pensamos tiene un
efecto físico, de forma que si
pensamos algo malo sobre alguien nuestro cerebro producirá hormonas del estrés.
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